Los azules y verdes a los que estoy acostumbrada cuando veo un río se convierten en ocres maravillosos en la primera foto; es como si el otoño, con toda la fuerza que le corresponde, porque es una estación y tiene derecho a manifestarse, tiñera a su paso rocas, riberas, musgo y ramas y así, como si nada, todo sigue su curso camino del próximo invierno.
Los contrastes del verde y los ocres son estupendos. La exclavitud a la que está sometida la roca cubierta por el musgo y la libertad de la hoja que sigue en su rama....me encanta.
Madre mía, que fotos tan preciosas. Me encantan.
ResponderEliminarxx Sonia Nickichucknez
http://thestrangeworldofsnickichucknez.blogspot.com.es
Los azules y verdes a los que estoy acostumbrada cuando veo un río se convierten en ocres maravillosos en la primera foto; es como si el otoño, con toda la fuerza que le corresponde, porque es una estación y tiene derecho a manifestarse, tiñera a su paso rocas, riberas, musgo y ramas y así, como si nada, todo sigue su curso camino del próximo invierno.
ResponderEliminarLos contrastes del verde y los ocres son estupendos. La exclavitud a la que está sometida la roca cubierta por el musgo y la libertad de la hoja que sigue en su rama....me encanta.
ResponderEliminar